En esta tarde ven, rózame la piel con esa pluma
con la que escribes amor con letras blancas,
expulsa de tu boca, esas palabras que tanto ansío escuchar.
Endulza mis labios, para que en los tuyos,
aniden esos besos interminables.
Esta tarde, extrañé tus caricias en mi cuerpo.
Necesité que cubrieras de besos mis extremidades
y acariciases esas montañas erguidas
situadas por encima de mi vientre.
Quisiera que jugaras con ligueros de encaje…
esas que tú tembloroso me quitabas.
Esta tarde, te llamé con mi mente,
llegaste para llenar mis días de sol,
Solo quiero escuchar tu corazón,
que se mire en el mío como en un espejo,
en él, podamos fundirnos en uno solo,
con esa mirada tuya de azabache,
derretirás esa gruta que por ti suspira.
©Chely
Tú eres como el agua,
vas recorriendo mi ser,
humedeciendo cada centímetro de mi,
ese termal, Relaja mis fibras, mi estrés
esa agua que baña mi cuerpo y lo debilita,
Al contrario que tú, tú, lo eriza, lo excitas, lo vuelves loco
hasta perder el sentido.
Eres como el agua, ya te dije,
Como gota a gota resbala por mi piel y encumbres mis pezones.
Tú, tu eres como esa agua que desliza mis caderas
y juega en mi sexo,
aparentando cataratas interminables.
Tú eres, ese que le gusta jugar con mi piel,
Humedeciendo con tu boca, cada centímetro de mis poros
Concluyendo en caricias después de haber encumbrado mis ganas.
