
No se porque no abriste la luz antes de caer al vacío,
no se porque amigo, teniéndome a tu lado,
fuiste capaz de vendarte los ojos y disparar ese revolver que segó tu vida al instante.
Me decías amiga, pero solo para hablarme de cositas vanas.
Estaba aquí, estaba aquí para escuchar tus vacíos, esa soledad que llenaba todo tu ser;
nunca vi en tu mirada inquietudes de infiernos.
Tus ojos reflejaban deseos de cariño, pero nunca, me oyes, nunca
vacíos de desesperación.
Intenté enseñarte a vivir, tú con tus cuatro paredes y lo que estas te hubieran podido enseñar,
pero no supiste dialogar con ellas.
No quisiste nunca hacer la lección impuesta por tu maestra.
Amigo, y...¿ Tú te llamabas amigo?
Un amigo, no se va sin un adiós o hasta siempre,
un amigo, te cuenta sus inquietudes,
un amigo, vacía el alma de sus pesares,
un amigo, no te deja aquí recordando tu sonrisa y un interrogante del por qué,
un amigo, grita un auxilio,
pero nunca, me oyes, nunca se va de esa manera.
Fuiste tú el que perdió lo mas sagrado...La vida.
DIOS nos concedió el lenguaje para expresarnos,
aunque a veces los ojos, dicen más que cualquier palabra.
No fuiste justo.
Y no sirve de nada un reclamo,
pero en mi tristeza hoy me pregunto tantas cosas
que no se que responderme ante tu locura.
Amigo, hoy no tengo palabras,
mañana tal vez encuentre alguna respuesta para este vacío que dejaste
y podré escribir algo sin tanta tristeza.
©Chely